La primera vez que te conocí: short-story
by Fernanda Cortes

Cuando te conocí, tenías las orejas alertas. No parecía que tenías miedo, solo nervioso. Cuando te conocí, me enamoré de ti fácilmente. Eres hermoso y es fácil caer ante tu belleza y fuerza.

La primera vez que me viste, fui un extraño que se acerca y aleja a voluntad. No hay mucho, no hay poco, casi nada de lo que digo tiene sentido. El psicoanalista me dijo: 'ella no se sostiene', mientras que el escritor me dijo: 'qué belleza tiene tu escritura, todos los pensamientos vertiéndose en uno, intentando dar sentido al mar'.

Yo pensaba en ti como alguien que piensa en el futuro, un futuro lleno de esperanza y con la ilusión de ser otra persona. Estoy aquí en tu país, en medio de la lluvia, ocultando mis emociones hacia los demás y tratando de comprenderlos también.

La risa, la cosa más grotesca según Humberto Eco. La deformidad de la cara, como la de XXBX, el cariño que se paga con servidumbre. 'Si me amas, lame el piso', 'si me amas, dejarás que pise tu razón de ser en la vida'. Sé que nunca me llamarás. Yo soy la que se tiene que humillar. 

Así pasará el tiempo, el cuerpo se apagará, el amor se extinguirá y el odio también, hasta que me dé cuenta de que esta vida que elegí es muy similar a la pesadilla de la que escapaba. La diferencia es que ellos no pueden verme. No saben que estoy en la mierda, creen que estoy bien y que cumplo ‘las metas’. Es pura mierda. Si no me ves, me piensas, me añoras, me analizas y la distancia nos mantiene cerca.

La primera vez que te ví, pensé que ibas a cambiar mi vida y que yo iba a cambiar la tuya. No me equivoqué.

 

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